Nuestra Bodega fue fundada en abril de 1893 por Pedro Pérez González, la continuó Aquilino Pérez Pérez y actualmente estoy al frente yo, Carlos Pérez Pérez, nieto del primero e hijo del segundo.

Mi abuelo Pedro llegó de Cuba, por esos años, se casó con Rosalía González y decidió montar una bodega con viñedos propios y algo de uva que compraba a otros viticultores de la comarca. La mayor parte de la producción se vendía en la propia bodega, bien para tomar en ella pasando el rato, conversando con otros vecinos, o en garrafas y garrafones para consumo en casa y en las tabernas.

La bodega está establecida en el mismo lugar donde fue fundada; es una casa solariega con una antigüedad de 500 años que cuenta con dos hermosos patios canarios en los que crecen frondosos los helechos y las palmeras y donde nuestro vino se hace sin prisa, al amparo de los gruesos y añosos muros.”